jueves, 15 de enero de 2009

Laura Casielles

Si me hubieses conocido en mi lengua materna
todo habría seguido otras formas.
Allí las cosas suceden más a gritos,
las ideas se zurcen a fuego como los barrios
en que no me recojo a los mapas.
Pero en los recovecos de esta otra lengua tuya
hay todas las dudas distintas,
los silencios, los borrones,
tinta nueva para esta nueva madre que adopta
las formas de un gorrión desabrigado
a las orillas del río urbano,
del vaso pirámide, de la ropa estremecida,
y me deja sin reservas de palabra
que traduzcan o recen
las traiciones de invierno.



Léase con The cold empire de Krakovia.

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