Las afueras: Juan Manuel Barrado

Juan Manuel Barrado (Huerta de Ánimas, Cáceres) regresa a la “poesía discursiva” con Fragmentos de cal, sin abandonar por ello la que ha venido siendo su dedicación literaria más importante de los últimos años: la poesía visual.

La editorial El Gaviero, con el primor habitual que deposita en sus libros, se ha hecho cargo de Fragmentos de cal de Juan Manuel Barrado, publicándolo en su colección “Salamandria”. El tamaño del libro, aparentemente excesivo para un texto poético (17 x 27 cm.), se justifica por las necesidades espaciales de su contenido poético. La portada, por su tipografía y disposición, rememora el diseño editorial de los libros de los años veinte, de la Generación del 27, o los producidos por las prensas de Manuel Altolaguirre.

Fragmentos de cal, sancionado por un prólogo de Ricardo Senabre, sorprende inicialmente por la particular disposición del texto poético en la página, pues la mayoría constan de cuatro o cinco versos repartidos a lo largo de la página, dentro de una estrategia poética que busca dar el espacio (en blanco) suficiente al lector para que este construya, de la mano del autor, su propio poema. Fragmentos de cal pretende (y lo consigue) ser un particular reflejo de la realidad, por lo que la crítica social y la denuncia de las injusticias cohabitan con la búsqueda de la belleza. Escrito con un lenguaje extremadamente depurado y desnudo, casi sin adjetivos, golpea al lector por su eficacia poética e intensidad con poemas como el siguiente: